Tímidos, vergonzosos, torpes, semejantes al tigre que ha fallado en su primera embestida: así es como os he visto, hombres superiores, escabulliros y zafaros a menudo. Os había fallado una jugada de dados. Más ¿Qué os importa eso a vosotros, jugadores de dados? ¿No habéis aprendido a jugar y a burlaros como es debido? ¿No estamos siempre sentados a una gran mesa de burlas y juegos? Y aunque fracaséis en grandes cosas, ¿habéis por ello fracasado vosotros mismos? Y, si habéis fracasado, ¿es esa una razón para que haya fracasado - el hombre? ¡Y aunque hubiera fracasado el hombre, que importa! ¡Adelante! Nietzche,
Friederich Poder es esa nueva virtud; un pensamiento dominador, enclaustrado en un alma inteligente: un sol de oro, y, en torno a él, la serpiente del conocer. Nietzche,
Friederich Corazón ardiente y cabeza fría: cuando coinciden surge el torbellino, el "redentor". Nietzche,
Friederich 'Be what you would seem to be' - or, if you'd like it put more simply - 'Never imagine yourself not to be otherwise than what it might appear to others that what you were or might have been was not otherwise than what you had been would have appeared to them to be otherwise.' Carroll,
Lewis Religions are manipulated by those who govern society and not the other way around. Gore Vidal, American writer If thought corrupts language, language can also corrupt thought. George Orwell, English writer Hey you,
out there in the cold, getting lonely, getting old, Pink
Floyd, Si pudiera vivir
nuevamente mi vida: Instantes, Jorge Luis Borges senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero es sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme! Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa. ¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado? ¡María Luisa era una verdadera pluma! Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres... ¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito Rosado. "¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte. Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo. ¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera... ,aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Espantapajaros, Oliverio Jirondo
|